miércoles, 1 de octubre de 2008

Chismes, rumores, comentarios, críticas, bla, bla, bla

Nuevamente tenemos nueva fuente de chismes, rumores y comentarios (la mayoría mal sanos) referente a nuestra creciente gastronomía local.
Hasta cuando tendremos que lidiar con gente que critique y hale para atrás a los trabajos hechos por profesionales y trabajadores de ésta ciudad? Porque tenemos que seguir escuchando y soportando a gente desligada y sin ninguna intención de apoyar a levantar nuestro nivel culinario?
Supongo que ya muchos de los interesados en la cocina habrán ya visto leído o escuchado a éste nuevo personaje virtual que anda haciendo críticas sin ningún tipo de reparo y que poco tiene que aportar para construir y dejar hacer a los que si creen y luchan por esa causa.
Fuera de la afamada guía de Miro Popic, no ha tenido mucho alcance la figura de "crítico gastronómico" en esta ciudad y mucho menos en el resto del país. Y creo que la razón fundamental es la poca credibilidad y falta de conocimientos en dicha área.
Soy un autocrítico al extremo. Creo y apoyo que se evalúen los trabajos que hacemos para poder crecer y avanzar, siempre y cuando te den las herramientas para ver y corregir esos errores y fallas que cometeremos, pero también hay que exaltar los aciertos y virtudes que hagamos y tengamos.
Luego de leer los comentarios hechos por esta figura virtual, ya que no deja saber su identidad, me trajo a la memoria unas críticas que hacía en su momento mi amiga y gran chef Helena Ibarra en el diario de Caracas hace ya más de una década. Por supuesto que muchas de ellas caían mal cuando eran muchos los desaciertos que se publicaban, pero considero que la persona que ejercía esa dura imagen de ser juez y medidor tenía y tiene capacidades y criterio para hacerlas.
Ojalá se rectifique y se apoye verdaderamente a las personas que trabajan y luchan sacando adelante a esta creciente culinaria nacional que ya bastantes trabas tiene como para tener que aguantar mas arrebatos y malcriadeces.

2 comentarios:

Karina Pugh Briceño dijo...

No respeto los anónimos... Aunque digan la verdad. Escudarse en el anonimato es cobarde, desleal muy cómodo. Por otro lado, es un signo narcisista de necesidad de llamar la atención.

Creo que la única manera de hacer críticas justas es mostrando la cara y exponiéndose al disentir ajeno.

Yo pasé por el blog de "Anton Ego", y cuando ví que no tenía el coraje de mostrarse, de decir quien es, me fuí sin hacerle el favor de comentarle nada. Para chismes y pasquines mejor leo Cosmopolitan.

Oriol Serra dijo...

Querido Federico,
totalmente de acuerdo con todo lo que escribes.
Recibe un gran abrazo,
Oriol