martes, 1 de abril de 2008

Chanchitos orgánicos


Creo que no hay carne más suculenta y enaltecedora del espíritu que la de cerdo, por más contradictorio que suene.
Es que para los que pecamos con la carne hay pocas cosas que atraigan más que el olor de la tocineta, sentir la crocancia de un cochinillo lechal bien dorado, la jugosidad de unas chuletas, lo gelatinoso de las partes menos apreciadas en Venezuela como lo son orejas, papada, etc.
Afortunadamente ya estos pequeños chanchitos no tienen porque ser despreciados por su alimentación o placeres lodosos, ya que cada vez más hay razas cuidadas desde su dieta hasta sus más básicas necesidades, ofreciéndonos a los comensales una calidad extrema y llena de sabor, libre de remedios y químicos que puedan alterar sus propiedades organolépticas.
Hace ya algún tiempo se había iniciado una campaña en U.S.A. para incrementar su consumo, solo que buena parte de la misma estaba financiada por los productores y vendedores de estos delicados animalitos y por consiguiente no terminaba de sonar honesto el discurso.
Creo que respetando su cuidado, alimentación y luego todos los procesos de beneficiado y desposte, podremos obtener un ingrediente super versátil y aprovechable en todos los sentidos.

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