martes, 14 de julio de 2009

En Alto con los más altos de la música y la aquitectura

El pasado domingo hicimos un almuerzo bastante distinto... y es que no todos los días se tiene la suerte de cocinarle a grandes figuras reconocidas y admiradas por el mundo entero. Creo que el que se hayan unido en la misma sala dos de los mejores exponentes en sus áreas no tienen muchos precedentes; tener a Dudamel y a Fran Gehry esperando platos elaborados por nosotros y con puros sabores criollos da mucha satisfacción y orgullo.
Cuando Carlos me llamó para que le echara una mano con dicho almuerzo no lo pensé y estuve al lado de su tremenda brigada para elaborar un menú degustación donde quedara claro nuestra propuesta con puros sabores, asociaciones y elementos locales.
Dicho menú comenzó con los típicos snacks que en Alto se sirven (chips variadas y cotrufas), luego me tocó a mi hacer el abrebocas donde presentamos un vuelve a la vida, seguía un tartar de laulau fresco con mousse de maíz al cual se ahumaba con hierbas secas en el mismo vaso que se servía y daba todo un golpe de humo al destapar él mismo en las narices de cada comensal. Después venía un fondant de maíz fresco con ají dulce y cilantro; seguía un lomo de chigüire con milhojas de yuca, salsa de coco y curry y espuma de coco. El último plato fuerte fue un ossobuco de ternera sobre puré suave de queso fresco blanco.
La parte dulce comenzó con un macarrón de ají dulce y queso de cabra y terminó la comida con un un postre que fusionaba dos de mis sabores favoritos: el mango y la sarrapia- tenía un helado de sarrapia, un untuoso de chocolate, puré de mango en jalea, mango asado y caramelizado, teja de coco... ni se imaginan lo bueno que estaba.
De hecho éste postre estará en la propuesta nueva que se está cocinando en el mejor restaurante de la ciudad y mosca si no del país.
Quizás varios de estos platos se queden en la carta normal del restaurante y si no fastidien a Carlos para que se los haga porque no tenían reparo.