Este genial plato de Enrico Crippa, chef del restaurante Piazza Duomo en Alba, Italia, nos muestra las utilidades y lo bien que puede resultar el colocar amaranto en una receta. Aquí está servido con nabiza (brotes y hojas tiernas del nabo), una quenelle de amaranto con dashi, almeja cruda y gelatina de limón son su ralladura.
Con esto creo que queda demostrado que por haberlo usado siempre de manera casera y muy tradicional, no quiere decir que no pueda formar parte del uso cotidiano de una cocina galardonada en Europa.
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